A diferencia del resto de comunidades que van a las urnas en dos semanas, la de Madrid votó hace sólo dos años tras el adelanto electoral de Ayuso para rentabilizar la vitola de azote del sanchismo que se granjeó durante la pandemia.
La lideresa popular salió de aquel órdago con sobresaliente: más del doble de escaños -de 30 a 65- y al borde la mayoría absoluta (68), que logró de facto al sumar más que toda la izquierda junta sin necesidad de Vox, cuyo empuje también logró frenar con esa maniobra, además de eliminar al que había sido su socio, Ciudadanos.
Eso mismo es lo que saldrá de las urnas el 28M, casi una réplica del escenario actual. Con una sola diferencia, pero sustancial para que Ayuso suba nota a matrícula de honor: ningún partido mejora -como mucho el PSOE un par de escaños intrascendentes-, mientras que Ayuso crecerá hasta cuatro para devolver al PP la mayoría absoluta que perdió hace 12 años, la última vez que concurrió a las autonómicas Esperanza Aguirre.
Ayuso tendrá el apoyo de casi la mitad (48,5%) de los madrileños que vayan a votar y sumará hasta 69 escaños, uno más de la mayoría absoluta. También puede quedarse uno por debajo, en cuyo caso la izquierda intentará disimular su enésimo batacazo en Madrid con la coartada de haber impedido la mayoría absoluta de Ayuso que pronostica esta encuesta de GAD3 para ABC.
Y, de paso, Vox conservaría un ápice de chance, pero menos incluso que ahora. El resto se mantendrá o empeorará ligeramente. Vox y Podemos ceden hasta dos y tres escaños, respectivamente.
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