POLÍTICA

El PSOE se abraza «a un partido cuyas papeletas chorrean sangre»



El Mundo

«La recuperación de Podemos complica la mayoría absoluta a Ayuso». Que mareo de encuestas, uno ya no sabe qué pensar.

Raúl del Pozo también viene con malos augurios. «Es posible que estén ciegos y sordos los que quieren echar como sea a Sánchez de la Moncloa y no les va a resultar fácil porque él entiende la política como los trabajos de Hércules -enfrentarse a leones, toros y jabalíes, limpiar los establos de Augías…- sin que nadie entienda su colosal batalla». Lo sabemos, es duro de pelar y tiene un batallón mediático.

«Viene de la Casa Blanca y visitará todos los palacios en una campaña desesperada. Repartirá euros y discursos para intentar convertir los silbidos en votos. Y no está nada claro que lo vayan a derogar, como pretende Feijóo, aferrado a un único lema -«derogar el sanchismo»-, porque, como describe Carmen Martínez Castro, que fue secretaria de Estado con Rajoy, no deja de martillear en ese clavo, un bagaje demasiado pobre para encarar unas elecciones tan duras».

«Sánchez se apropia de la «derrota» de ETA para atacar al PP». Estaba fuera de sí, se ve que le ha hecho pupa el tema. Ya no es la democracia la que ha derrotado a la banda, ahora ha sido el PSOE solito. Le faltó decir que Miguel Angel Blanco se había suicidado, qué tío más mequino.

Arcadi España se mete con los «varoncitos socialistas» tipo Page, que «dicen ahora dos cosas divertidamente contradictorias y obscenamente falsas. «La primera es que de ningún modo ellos irían a parte alguna con Bildu, cuando la evidencia prueba no que fueran sino que van, como miembros del PSOE que siguen siendo y destacados, incapaces de otra disidencia que la de faltar un día a un Comité Federal para volver al siguiente. La segunda es que no hay alternativa a los pactos con Bildu». Page es patético, da vergüenza ajena.

El País

«Los anuncios electorales de Sánchez superan los 13.000 millones». Madre mía, nos va a arruinar. Víctor Lapuente habla claro de los regalos de Sánchez. «Con la deuda en máximos históricos, el resultado de este doble juego para vaciar las arcas públicas es siniestro: o no se cumplirán las promesas o las pagarán las generaciones futuras». «En España, los políticos gobernantes utilizan impúdicamente los recursos públicos para propaganda partidista: asesores que no sirven al interés público sino del partido; actos y ruedas de prensa que se convierten en mítines; publicidad institucional de un vergonzante tono partidista». No, en España, no, Víctor, en la España sanchista. La JEC ha expedientado dos veces a la portavoz del Gobierno, pero Sánchez se lo pasa por el arco del triunfo.

«La campaña se parte en dos», cuenta Carlos Cué. Los que están con ETA y los que están contra ella. «La campaña de la derecha ya solo tiene a Bildu como único protagonista. La de la izquierda trata de volver a su carril, el de la economía». Por eso el Sánchez más agresivo soltaba espumarajos ayer en Vitoria. «Cada vez que la derecha da por perdidas las elecciones siempre utilizan el mismo argumento, el de ETA. No falla», dijo. No, Sánchez, tus socios de Bildu han sido los que han metido a ETA en campaña.

«Este lunes hubo maitines, la reunión del núcleo duro de Sánchez. Ahí se decidió que había que entrar a contestar al marco de campaña que plantean el PP y Vox, pero también hubo optimismo: los estrategas del presidente están convencidos de que este asunto de ETA, en 2023, no mueve un solo voto». Depende. Si los socios te meten asesinos en las listas a lo mejor alguien se molesta.

Y cómo iba a desaprovechar El País exprimir al Tito Berni de Vox. «Balas, cocaína y perros de presa en la organización criminal vinculada a la candidata de Vox en Parla detenida por narcotráfico». Qué país.

ABC

«Las listas de Bildu asustan a Sánchez». Sí, está desencajado. Porque por mucho que ladre que el PP mete a ETA en campaña han sido sus socios los que han metido asesinos en las listas. Literalmente.

Isabel San Sebastián recuerda que Otegi «jamás ha repudiado los delitos de la organización criminal en la que siempre ha militado. Tampoco ahora. Antes, al contrario, el mero hecho de escoger como candidatos a los más fieles sicarios del hacha y la serpiente constituye una reivindicación en toda regla de su historial sanguinario; una manifestación de orgullo por lo que hicieron y un reconocimiento explícito del alto rendimiento electoral alcanzado por esas acciones. Ya que contribuyeron con las pistolas al éxito del colectivo, que disfruten de lo conseguido en un puesto de concejal bien pagado con dinero público». Si, usted y yo vamos a pagarles el sueldo a los etarras.

Los socialistas «han estado abrazados a un monstruo, fingiendo desconocer su naturaleza, y ahora el monstruo saca las garras». «La primera de las desvergüenzas que caracteriza al sanchismo es sin duda su falta de escrúpulos para entenderse con un partido cuyas papeletas chorrean sangre«. Y se les ve encantados. «La única actitud decente es levantar la voz y el voto. Quien no lo hace suscribe en su integridad el legado del sanchismo».

La Razón

«Bildu reanima al PP vasco y arrastra a Vox al populismo penal». El PP vasco, hay que tener ganas.

Nunca pensé que iba a leer insultos a las víctimas de ETA en este periódico, pero me equivoqué. Toni Bolaño hace una encendida defensa de los asesinos e insulta a las víctimas de Covite. «COVITE ha hecho un fantástico favor a Vox. Desde el pasado martes, cuando la asociación de víctimas denunció que 44 condenados por pertenencia a ETA van en las listas de Bildu, VOX no ha parado de crecer y será clave en distintas plazas». Al parecer, el deber de las víctimas era cerrar la boquita.

«Los damnificados: PSOE, que ha frenado su recuperación, y el PP, que ha abierto de nuevo la sangría de votos hacía la extrema derecha». «Hay un tercer damnificado: el PNV. Los nacionalistas vascos han arremetido con dureza para frenar la publicidad que COVITE brindó a Bildu«. O sea, según Bolaño las victímas de la banda terrorista están haciendo propaganda a sus verdugos. Da un poco de asquito leer estas cosas, pero es lo que hay.

No se queda ahí, el columnista de La Razón. «Sin embargo, no todas las víctimas son iguales. La Asociación de Víctimas del Terrorismo se ha desmarcado de la estrategia de COVITE, del PP y de VOX. En su respuesta a COVITE destaca que de los 44 condenados, todos han cumplido su condena y, lo más importante ahora, su inhabilitación. Si esto es así, deja en evidencia que la campaña política desatada perseguía unos objetivos determinados: anular al PSOE». Víctimas buenas, víctimas malas. Las víctimas malas de Bolaño son las que denuncian los asesinos en las listas, las víctimas buenas, las que se suman a los argumentos sanchistas. Creo que ni Gara ha llegado tan lejos.

Afortunadamente, Toni Bolaño es una excepción en el periódico que dirige Marhuenda. Alejandra Clements, por ejemplo, dice que «la inclusión de 44 condenados por terrorismo, al menos siete por delitos de sangre, en sus listas a ayuntamientos y comunidades nos aboca a un debate ineludible para mantener una conversación pública rigurosa y honesta. ¿Cómo afrontar la inquietud que genera en la sociedad la entrada en las instituciones de quienes han infligido tanto dolor? El dilema ético es de tal profundidad colectiva y de tanto calado que excede el mero debate electoral y su fecha de caducidad de apenas dos semanas, aunque alarmen (y tengan que ser remarcados) determinados clamorosos silencios políticos». Y no, señor Bolaño, la solución no es señalar a las víctimas que lo denuncian.



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