POLÍTICA

«Una bomba lapa en los bajos del Gobierno»



El Mundo

«Bildu mete en la Junta Electoral de Álava a un líder de los presos etarras». Bildu le está reventando la campaña a Sánchez, con tanto como le deben. «La infamia de la inclusión de 44 etarras en las listas de Bildu, siete de ellos con delitos de sangre, constituye una exhibición de la filosofía de intolerancia que subyace en ese proyecto político. Su naturaleza y su razón de ser. Por pura supervivencia ha abandonado los medios criminales, pero conserva por supuesto los fines y las convicciones, igualmente antidemocráticos, que en estas elecciones recibirán muchos más votos que el partido de Miguel Ángel Blanco», dice Joaquín Manso. Cierto, siempre ha sido así. Lo peor es que las nuevas generaciones serán todas abertzales. Al tiempo.

«Bildu no ha repudiado sus raíces ni lo va a hacer: con esas listas se trata de reivindicarlas, de socavar la dignidad de sus víctimas poniéndola a la altura de la de sus verdugos, de imponer una memoria tóxica, de desplegar en los municipios que son la base de su poder la misma atmósfera intimidante y totalizadora que ha provocado un éxodo y una espiral excluyente de silencio». Y además cuentan con la complicidad del Gobierno de España y del PSOE en particular, que no dudarán en darles su voto si lo necesitan.

«No hay por tanto novedad en que asesinos pueblen las listas de la revivida Batasuna. El impacto moral viene provocado por su condición de socio estructural en el bloque de futuro sobre el que Pedro Sánchez deposita la dirección del Estado. Es el presidente y su cartel electoral los que quedan en evidencia». Y Lucía Méndez ya avisa de que Sánchez no va a romper con Bildu porque cree que la gente valora mucho más «su papel como líder global, aplaudido por Biden en el Despacho Oval». ¿Y nadie ha pensado en darle alguna medicación?

Como dice Arcadi Espada, con su habitual cinismo, «en el País Vasco hay decenas de miles de indecentes y es democráticamente justo que alguien los represente políticamente». También responde a Sánchez (ez, le llama Arcadi). «Poniéndolo a huevo, el presidente del Gobierno dijo ayer sobre la presencia de ex asesinos en las listas electorales de Bildu: «Puede ser legal, pero no es decente». -Como usted, presidente, como usted»».

En opinión de Antonio Lucas, «le han colocado una bomba lapa en los bajos del Gobierno. Esta tropa es así». Quien con terroristas pacta…

El País

El periódico oficialista, a su bolilla. «Ni Sánchez ni Feijóo, la hora de la política más cercana». Ni rastro de Bildu en su portada.

No así los columnistas. Pablo Ordaz se muestra muy dolido. Relata los años del terror, lo que sufrieron los socialistas, deja caer algún concejal del PP, que no se diga, para concluir que «aquellos tiempos, afortunadamente, quedaron atrás. ETA fue vencida, no obtuvo nada a cambio —por mucho que las insidias de los de siempre traten de buscarle tres pies al gato— y, en Euskadi, aquellos que resistieron en sus propias carnes las botellas incendiarias y las bombas lapa comparten la cola del cine, la del supermercado y hasta el rellano de la escalera con antiguos militantes de ETA, con gente que deseó su muerte o miró para otro lado». Un paraíso, vaya. Las familias de las víctimas están felices de compartir rellano con el asesino de su padre, marido, hijo. Y bueno, cada vez que homenajean a algún etarra salido de la cárcel, todo el pueblo lo aclama a la vez, también los perseguidos. Sí, Pablo, sí, que aquí el malo es el PP, no los etarras.

Lo que echa de menos el columnista «es un poco de cariño, algo de reconocimiento, de cercanía…; tal vez una declaración rápida, inequívoca, de rechazo a la última provocación de Otegi» por parte de los socialistas. «No es suficiente decir que la presencia de antiguos terroristas de ETA en las listas de Bildu es legal. También convendría decir que duele». Las urnas es lo que les duele. Porque de romper ni hablamos.

Ya lo dice Fernando Vallespín sin disimulo alguno. «Con un buen puñado de encuestas encima de la mesa surge la noticia de la inclusión de algunos exetarras sentenciados por delitos de sangre en listas electorales de Bildu. Si estas elecciones se venían presentando bajo el signo de la incertidumbre en gran cantidad de ayuntamientos y comunidades autónomas, este imprevisto arroja una nueva sombra de duda sobre todas las predicciones«. Cachis, con lo contento que estaba Sánchez con su reunión con Biden y vienen sus socios de Bildu y se lo joroban.

«Cuánto acabe alterando los ya conocidos vaticinios es algo que, como digo, no me atrevo a predecir. Es posible que la fuerza de gravedad de lo local acabe imponiéndose y su efecto sea marginal. Dudo, sin embargo, que no vaya a tener consecuencias sobre las elecciones generales». «El PSOE debe tener preparada una respuesta contundente y creíble». El PSOE ya ha respondido. Bildu es un socio preferente. Hechos son amores y no buenas razones. Eso no tiene marcha atrás.

ABC

Otra encuesta. «El PP puede recuperar Cantabria, La Rioja y Extremadura, además de mantener Madrid y Murcia». Sin comentarios, tenemos empacho.

Editorial sobre Bildu, como no podía ser de otra manera. «Los dirigentes socialistas que, tarde, mal y con la boca pequeña, acuciados por necesidad electoral y ninguna virtud ética, han lamentado la presencia de etarras condenados en las listas EH Bildu no han hecho lo único que sería admisible en términos democráticos y éticos: repudiar públicamente el apoyo y los votos de los de Otegi y romper con este partido allí donde mantengan acuerdos políticos». Ja. En todo caso, lo haría Sánchez de boquilla en las generales para no perder el Gobierno.

«Lo cierto es que EH Bildu ha reventado la campaña de Pedro Sánchez, cuya máxima aportación a este debate ha sido una más de sus frases vacías –«no todo lo legal es decente»–, la cual, puesta en boca de un político con crédito, habría dado esperanza a que no pactará con quienes son indecentes. Pero en boca de Sánchez –quien prometió no pactar nunca con Bildu– no vale nada, porque ha sostenido su mandato gracias a pactos indecentes». Como dice Arcadi, como usted, presidente.

Sostres le sirve en bandeja a Sánchez el relato y va en dirección contraria a la línea editorial. Es un provocador nato. «Entiendo el dolor de muchas víctimas de ETA al ver a los matones en las listas. Pero no estéis tristes. Gozad de la victoria con que los hemos aplastado. Eran asesinos y les hemos sentado en la conversación civilizada«. ¿Sostres entiende el dolor de la víctimas? Cualquiera lo diría. «No me da asco que etarras con crímenes de sangre estén en las listas electorales. Me daban asco cuando mataban». «Les hemos arrancado las entrañas asesinas. Se han rendido«. «Los asesinos en las listas de Bildu no son el alto precio que hemos tenido que pagar por la paz. Son el símbolo de nuestra gran victoria final«. Ni el propio Pedro Sánchez lo hubiera explicado mejor. No, Sostres, los asesinos en las listas es una chulería de Otegi. Bildu tiene suficiente basura, como dijo Carlos Herrera, para rellenar listas, pero ha decidido que los ciuadanos paguemos el sueldo a los asesinos que ni siquiera se han arrepentido. En fin, tiene que haber de todo en la viña del Señor, pero debo admitir que me ha sorprendido encontrar esta columna en ABC. Es más propia de El País.

La Razón

«Ayuso, «ganas» de mayoría absoluta: «Ojalá pueda gobernar totalmente libre»». Ojalá, hija, ojalá. Menuda pesadilla está siendo Vox.

«Los candidatos etarras deben al Estado más de 900.000 euros». Pues que se lo quiten del sueldo que van a cobrar del propio Estado.

Iñaki Arteta, al contrario que Sostres, cree que ETA ha vencido. «Lo que siempre supieron que ocurriría algún día, ocurrió: un Gobierno español a su favor. La gente no sabe que ellos lo han sabido desde el principio. ¿Cómo iban a saberlo? Pues sí: España cederá. Y cedió«.

Dice el editorial que «el Gobierno y el PSOE se encuentran bajo la conmoción de una onda expansiva política que los han impactado de lleno. Pedro Sánchez ha conectado su presidencia al grupo político albacea de ETA sin dilemas morales de por medio hasta consagrar a Otegi como hombre de paz y a los batasunos como colaboradores en la dirección del Estado y en administraciones como la navarra». Y claro, en algún momento se tenía que volver contra él.

«La verdad es que Bildu/ETA ha escogido conscientemente el acto de fuerza que supone engrosar sus listas con decenas de terroristas. Ha blandido una victoria sobre el estado de derecho para demostrar dentro y fuera de sus filas que la violencia sirve siempre que se acierte con el momento y el antagonista adecuados. Hoy gozan de la protección y la colaboración en el seno del Gobierno que aplaude la presencia de asesinos en las instituciones mientras lincha al PP». De locos, insultar a la mitad de los españoles para defender a un grupo de asesinos. Es para flipar. «Que los españoles tomen nota y actúen en consecuencia ante las urnas». Eso.

Porque como dice Chapu Apaolaza, «si no hubiera vecinos que votaran a asesinos, como sería de esperar en pueblos donde se presentaran violadores, si los vecinos que eligen al alcalde escupieran, como lo harían ante los agresores de «la manada», no estaríamos escribiendo y leyendo sobre estas cosas«. «El vecino que elige al alcalde, que resulta que es un asesino, está, de alguna manera, apretando también el gatillo«. En el País Vasco y en Navarra eso ya no tiene remedio, lo han mamado, para los más jóvenes, los etarras son héroes. ¿Cómo va a ser malo Bildu si Sánchez les adora?

«Y siguiendo el hilo, los que votan a un partido, el PSOE, que se las compone con Bildu, están señalando con el pulgar hacia arriba que es el vecino cómplice el que elige al alcalde terrorista». Pues ya saben los votantes socialistas dónde va su papeleta.



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