La imposición del euskera en las aulas no solo es una realidad en el País Vasco, sino también en Navarra, incluso en pueblos que lindan con Aragón, en los que todo el mundo usa el español como lengua habitual. Así lo denuncia Leticia, una madre que hace año y medio se vio obligada a trasladarse a El Roncal por motivos de trabajo -un municipio situado a 20 kilómetros de Aragón– y que ha tenido que ver cómo el colegio público al que lleva a su hijo de siete años margina al pequeño en las actividades lúdicas por pedir que se respete su elección de estudiar íntegramente en español.
«Han hecho unas dinámicas en el patio y no le han dejado entrar», denuncia indignada. En lugar de poder jugar con el resto de sus compañeros, la profesora le dejó con los más pequeños y le explicó por qué lo hacía: «Tu mamá ha mandado un correo y como no quiere que hables euskera tú no vas a entrar«. El niño llegó a casa llorando y culpándole de las represalias, puesto que al resto de sus amigos que también estudian en español sí les dejaron participar. «¡Ya está bien, que tiene siete años! Lo que hagamos los adultos es cosa nuestra y lo que yo tenga con el centro me lo tendrán que comunicar a mí -insiste sin dar crédito a lo sucedido-. Para mí, esto es acosarlo y el niño está muy mal».
El correo en cuestión llegaba después de que Leticia se enterase de que al niño le metían en las clases de euskera, por lo que decidió dirigirse al equipo directivo para exigirles que cumplieran con la línea que había elegido, íntegramente en español. «Yo respeto que todo el mundo elija lo que quiera, pero que me respeten a mí también: yo quiero que mi hijo hable su lengua materna y sólo he pedido que se respete el derecho de mi hijo a estudiar en la lengua que me dé la gana, porque existe ese modelo», insiste esta madre, que reprocha al centro que mantenga la línea en español, pero que en la práctica trabaje para su desaparición.
Objetivo: eliminar el español
Leticia llegó a El Roncal hace año y medio por motivos de trabajo y desde entonces si de algo se ha dado cuenta es de eso precisamente. «Tenemos constancia de que vienen familias nuevas y, si son extranjeras, directamente les meten a la línea de todo en euskera y les dicen que no hay posibilidad de castellano, que va a desaparecer. Y les cuentan unas milongas increíbles», denuncia.
Para presionar a los padres que eligen libremente el español, la estrategia pasa por manipular a sus hijos: «Cuando yo llegué a este colegio, para los niños en extraescolares de euskera había Lego y para los niños de la línea de castellano, parchís«. Obviamente, los pequeños prefieren Lego. Además, cada vez que hacen convivencias, todo es euskera. Si hay que cantar canciones, todas en euskera. «Quieren quitar la línea. Eso lo tenemos claro todos los padres de castellano», concluye Leticia, quien, además, denuncia que ya no hay profesores de español, puesto que la única que quedaba se jubiló el año pasado y, el resto, han hecho la carrera en euskera.
Según denuncia, el conflicto ya ha hecho que tres familias hayan abandonado el colegio en el último año, pero ella no está dispuesta a tirar la toalla y precisamente por eso quiere que todo el mundo conozca lo que está pasando en muchos municipios navarros como en el que ella reside: «Estoy ya muy cansada. Llevo año y medio aquí, hemos venido por trabajo y esto no se puede sostener más. Hacen la convivencia insostenible y yo solo les estoy pidiendo que hagan lo que tienen que hacer. Es más, yo les he dicho ‘si vosotros sois afines al modelo en euskera, me parece estupendo, pero entonces no cojáis plaza para el modelo G’. Que sean coherentes consigo mismos. Pero la realidad es que aquí solo hay profesorado en euskera y han comido la línea a todos los profesores de lengua española«. La principal consecuencia: «Cuando nos quejamos los padres de la línea en castellano nadie nos hace caso, porque todos son de la misma cuerda».
Próxima concentración en Vitoria
Sin embargo, lo sucedido esta semana ha marcado un antes y un después. «He estado muy mal, el niño llorando… Y esto lo voy a volver a consentir -advierte Leticia-. Y aconsejo a todos los padres que hagan lo mismo, porque estamos hablando de niños y ellos son personas adultas. ¡Vale ya! Que respeten, porque el respeto es esto».
Porque el alumnado hispanohablante merece respeto para estudiar en su lengua materna, nos concentraremos en Vitoria el sábado 3 de junio para protestar contra la nueva ley educativa que planea aprobar el Gobierno Vasco.
Plaza del Corte Inglés 12.00
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— Hablamos Español (@HablamosE) May 15, 2023
La plataforma Hablamos Español, la única que ha mostrado su apoyo a esta familia y a tantas otras, recoge el guante. Y, por eso, el próximo 3 de junio ya ha convocado una concentración en Vitoria para denunciar este acoso, así como la aprobación de la nueva ley de educación del País Vasco. «Y la palabra que hemos utilizado para movilizar es precisamente ‘respeto’», dice su presidenta, Gloria Lago, quien anima a todos los ciudadanos a participar en esta nueva protesta contra la imposición lingüística y por el derecho a estudiar plenamente en español en el País Vasco y en Navarra.
La noticia «La cruel represalia a un niño de un colegio público de Navarra porque su familia se niega a educarle en euskera» es una información de Libertad Digital: España